Sirviéndose de la posibilidad de la escrupulosa presentación realista, la
fantasía humana puede aproximarse a lo sensualmente concebible.
¡Una inspiración no permanece en la abstracción sino se plastifica!
Así del fondo pictórico surge un feliz emparejamiento de fantasía y formlismo. (Que
en si se distinguen pero resultan inseparables).
Un hilo rojo de lo fantástico se está deslizando a través de siglos de historia
del arte facilitando una diversidad de modos de ver el laberinto de la vida
humana.